TAMALES

Para un banquete no pensamos en los tamales como primera opción, pero siempre son bienvenidos cuando se cruzan en nuestro camino; ya sea para un desayuno, merienda o hasta para un bufet mexicano. Los hay envueltos en hoja de maíz,  plátano, aguacate o hasta en aluminio o plástico.

Y, ¿de dónde vienen los tamales? La palabra tamal viene del náhuatl tamalli, que significa envuelto. Se tienen registros de su existencia desde antes de la Conquista. Se sabe que se consumen desde México hasta Argentina y Chile, principalmente de maíz pero las variaciones son muchas.  Fray Bernardino de Sahagún  menciona su presencia en rituales, por lo que se cree que lo comían principalmente los nobles y sacerdotes, en menor medida lo comía el resto de la población.

Cada región tiene sus tamales característcos, como los tamalitos norteños, las corundas de Michoacán, el zacahuil de la Huasteca, los pictes, los oaxaqueños con mole o los chiapanecos de chipilín. Además de los de dulce (rosas con o sin pasita) que también pueden llevar sabor de fruta de la temporada. El centro del país con sus tamales de mole rojo, salsa verde con pollo o cerdo y los de rajas con queso, en una telera para tener una guajolota. Aunque también hay las nuevas recetas de tamales guormet. En fin, variedades que no se agotan.

Así que en su próximo evento no descarte los tamales, si Moctezuma los apreciaba tanto es porque es un platillo digno de emperadores.

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